Amor Depredador.
La historia se centra en dos hermanos, Darren Garren y Rash Garren: los dos son ese tipo de hermanos inseparables.
Por otro lado esta Rachel, la amiga de la infancia de Darren y Rash.
Un día, Darren empieza a tener varias pesadillas acerca de Rachel, pesadillas fuera de lo común, pero siempre con la misma temática: de ser una hermosa chica, a convertirse en un horrible monstruo.
Darren empieza a ser distante con Rachel e intenta alejar a Rash de ella, pero algún suceso cambiara ¡Rash se ha enamorado de Rachel! Y ahora estará la lucha de Darren contra el mundo y su mente.
¿Podrá el mantener alejado a su hermano de Rachel? Podrá Darren confiar en Rachel? Y ¿cuando el oscuro secreto que envuelve a Rachel se defina, su hermano podrá alejarse?
Una novela llena de intriga, oscuros secretos, daños amorosos, lujuria, fantasía, y mucho amor depredador.
"Y entonces el sabía perfectamente que estaba cometiendo un error, que su -hermano- no sabía lo que estaba bien, o lo que estaba mal, pero, ¿si estaba mal lo que hacía, por que hacia sentirlo tan bien? Y es que ¿el amor estaba mal, o lo que estaba mal era enamorarse de la persona incorrecta? Si el amor fuera una enfermedad seguro no habría cura, por que ¿quién podría vivir sin amor? Y aunque él no se hubiera enamorado, podía conectarse perfectamente con lo que sentía el otro, y sucedía, algo tan malo, tanta blasfemia, tan raro, se sentía bien, el amor se sentía bien"
Capítulo 1:
Cada Conexión.
Darren.
—Señor Garren. —Llamaba el maestro a Darren desde el otro lado del salón.— ¡Señor Garren! —Grito este mas fuerte pero Darren no daba signos de vida.
—Hermano. —Su hermano Rash le puso la mano en el hombro y sacudió este.
—¿Eh? —Este por fin despertó.
—Señor Darren Garren, podría usted decirme que es lo que acabamos de ver, ¿por favor?
—Ah...
—Y como ya se habrá dado cuenta, no es una pregunta, es una afirmación.
—Es que no lo se. —Respondió este al tiempo, supo en un instante que no haber dicho nada era la mejor opción, pero Darren siempre había sido el tipo de persona que dice todo lo que siente.
—Entonces ¿qué estaba soñando? Señor Garren. —Le pregunto el profesor.
—Estaba soñando... —Ni el mismo sabría lo que iba a decir.— En que usted profesor es tan generoso que me dejara pasar el semestre. —Puso una sonrisa picara.
—Y yo soy Peter Pan. —Contesto el maestro. Se dio la vuelta y empezó a escribir en la pizarra y explico a la clase.
Darren solo quería que la clase por fin terminara, exhausto y cansado, quería llegar y tomarse una siesta, la noche pasada no había dormido nada. De nuevo los sueños con Rachel.
La mayoría de las veces partía de verla en una hermosa princesa a convertirse en un horrible demonio con tendencias de asesina persiguiéndolo hasta despertar. Pero estos últimos meses ha sido totalmente diferente, estos últimos meses todos sueños tienen una historia y una final sin concluir.
Tanto ha sido el desarrollo de sus sueños que decidió escribir en una libreta hasta el último detalle de lo que recordaba de estos.
Y esta, era la tercera vez que lo iba a hacer.
Sonó el timbre y Darren fue el primero en levantarse y salir del salón, sabía exactamente lo que había soñado, lo cual era raro por que toda su vida había sido del tipo de persona que no recuerda nada de lo que soñaba.
Se fue a la parada del autobús por que esta vez no iba a esperar a su hermano para llegar a casa, pero el maldito Bus no llegada. Pasaron aproximadamente 5 minutos pero a Darren se le hacían horas, ¿como recordaría el sueño con tanto tiempo de retraso?
Y entonces a partir de eso recordó el primer sueño, el comienzo de todo este suceso terrorífico que a medida que crecía le ponía los pelos de punta.
Saco la libreta y empezó a leer.
Su cabello largo y trenzado, sus ojos color miel, y sus labios gruesos pero finos al mismo tiempo, todo de ella era completamente hermoso, casi perfecto, como una musa de esas que dibujaban en los libros de princesas, casi no la reconocía, pero seguía siendo Rachel.
Una Rachel extraña y hermosa.
Pero estaba allí, sentada en una roca, con un vestido usado para la gente pobre en el siglo XV, pero igual seguía siendo hermosa.
Su pecho robusto sobresaltaba y su esplendor ante la luz hipnotizaba a cualquier nómada que pasara por allí y en ese momento, yo era el que estaba pasando.
Pare justo a siete metros de donde estaba Rachel, el mar empapaba mis zapatos y la arena ya me estaba empezando a cubrir los brazos, y Rachel me miro.
Su mirada sensual y delicada al mismo tiempo, era como esas modelos jóvenes tratando de ser provocativas pero resultaban tiernas. Se paro y se acerco.
A medida que se acercaba, mi piel se erizaba, no sabia por qué, pero era Rachel quien se estaba acercando, Rachel mi mejor amiga, la amiga de toda la vida, cuando estaba a menos de treinta centímetros de mi, me miro fijamente. Su boca se torció a un lado, una sonrisa picara que incitaba al placer y a la lujuria.
—Darren. —Me susurro al oido, me erize y gemi—. Mirame.
No podía mirarla, solo podía mirar sus provocativos labios, labios de pasión, labios rojos de sangre, labios lujuriosos.
—Darren mírame. —Repitió y en ese momento, alce ligeramente la cabeza y la vi—. A los ojos.
Proseguí a ello, la mire a los ojos, pero sus ojos ya no eran de la miel, eran negros, totalmente negros, podría ver mi reflejo en cada parte del iris, y entonces dijo:
—Vuelve a mirar.
Frote mis ojos, y en ese momento Rachel tenía absolutamente todo el ojo negro, pero no solo el iris, también la cornea, me ruborice, y me aparte, unos pasos hacía atrás y gire, corrí y corrí, me volvía cada cinco segundos para mirar si Rachel me seguía o no, pero la playa se me hacía eterna, lo suficiente para pensar que iba en círculos, ¿ella era Rachel? Y ¿sus ojos por qué? Esa no era la Rachel que yo conocía, ni si quiera estaba seguro de si era Rachel, pero todo mi ser y mi mente, sabían que era ella, y una ella muy peligrosa.
Me volví y pare, ya no podía correr más, hasta que a lo lejos, no muy lejos, note una escuela y en ese momento, desperté.
En ese momento Darren cerro el cuaderno, el autobús había llegado, subió y se sentó en la penúltima silla antes de la puerta trasera.
—¡Paren! —Grito alguien a lo lejos, el bus aun no había partido. A Darren siempre le había parecido esas cosas demasiado teatrales, pero sabía exactamente quien era la teatral, y Rachel subió al Autobús.
Ella subió y pago el precio que correspondía a ello, miro a Darren y sonrió.
¡Qué no se acerque! Pensaba ¡qué no se acerque!
Pero para su desgracia, Rachel se sentó a su lado.
—Hola. —Le saludo ella, con su voz complaciente y cálida—. ¿Como estas? Te he notado un poco distante de mi y del mundo en general en estos días.
—Ah. —Respondió él—. ¿Tú crees?
—¡Si! De hecho demasiado.
En ese momento Darren recordó el primer sueño y se ruborizo.
Algo que recordaba siempre era la escuela, oscura, tenebrosa, como en esas viejas películas de terror, pero a diferencia de esas, esta era real, o mas o menos, solo un sueño. No pudo saber que había en esa escuela, pero la curiosidad le ganaba y se paso toda la mañana y tarde, hasta la noche después pensando en ello.
Darren miro a Rachel, sus ojos no eran ni miel, ni mucho menos negros, eran casi rojos. Un día en la primaria el maestro le decía que era una persona con Heterocromía, o persona que tenía diferente color de ojos, algo muy raro e inusual en el mundo, y mas raro aun era que de vez en cuando, a Rachel le cambiaba el color de ojo izquierdo por un color algo violeta.
Era una de las razones por las cuales la había hecho su amiga, Darren siempre había preferido la gente diferente y ella, era muy diferente.
Bajo la mirada y ella estaba dibujando, quizá terminando. Era la escuela.
—¡Oye! —Le dijo—.¿Qué es eso? ¿Una escuela? —Él trato de disimular.
—Oh, no. —Alzó la vista y lo miro—. Es una antigua casa situada en Babilonia. —Continuo—. La llamaban ''LA LLAMADA'' por qué en el siglo XV muchas chicas se suicidaron en aquel lugar, ya que no soportaban los maltratos y humillaciones de los dueños de esta, se dice que, desde entonces los espíritus siguen vigentes, y que llaman a diferentes chicas del mundo para suicidarse, cada año mueren aproximadamente 120 chicas en ese lugar y es inevitable.
—Y. —Continuo Darren, se le empezaba a hacer interesante, si no era una escuela, era una gran mansión. Se sintió idiota por confundirlo—. ¿Tu te vas a suicidar? Estas muy interesada en esto.
—No lo se. —Prosiguió ella—. Seguro no, no te preocupes.
El asintió y miro a la ventana, empezaba a llover, y la ventana se cristalizo.
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Instagram: @harold.herrera.eaton
Espero que les haya gustado. Besos Hazza.
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